domingo, 27 de julio de 2008

El Tesoro de Josefina




Amado Lorenzo Martínez y Gladys Rodríguez Yañez


Dedicado a : Laura y Victoria

La capacidad de inspirar es una fuerza independiente de la edad Proverbio de las Islas Afortunadas

Reservados todos los derechos. Queda prohibido reproducir parte alguna de ésta publicación, cualquiera que sea el medio empleado, sin el permiso previo del autor.

El Tesoro de Josefina es una obra de ficción en la que todos los hechos y personajes son imaginarios, por lo que cualquier semejanza con personas vivas o muertas es una coincidencia involuntaria.

© 2002 Amado Lorenzo Martínez - Reservados todos los derechos
Depósito Legal: M-4116-2004 I.S.B.N.: 84-932247-2-3 CentroConsulting 2001

Índice

Prologo
Nochebuena de 1951 - Marianao
Nochebuena de 1958 - Marianao
Nochebuena de 1961 - Marianao
Nochebuena de 1961 - Miami
Nochebuena de 1981 - Marianao
Nochebuena de 1981 - Miami
Nochebuena de 2001 - Miami
Nochebuena de 2002 - Miami
Recetas de la cocina Cubana de la abuela Josefina


Prólogo

Después de haber residido en Cuba desde principio de los años cuarenta, me marché a principio de los años sesenta debido a la situación política que se presentaba. Muchos Cubanos se marchaban de Cuba pensando que su exilio sería corto, pues nadie podía imaginarse que los Estados Unidos de América permitiría una dictadura personal como la que organizaba la banda de los Hermanos Castro, que acabaría vendiendo sus servicios al sistema de expansión de la hoy extinta Unión Soviética y mucho menos que esa dictadura fuera protegida y garantizada por un acuerdo negociado por el que fuera asesinado posteriormente por motivos muy debatidos, J. F. Kennedy y ratificado por cada uno de los posteriores presidentes de Estados Unidos de América.
Al marchar al exilio los Cubanos, hasta los años 90, se veían obligados a entregar todos sus bienes al gobierno y no se les permitía llevar consigo ni un solo céntimo en divisas, lo que les obligaba a depender totalmente de familiares, amigos o antiguos empleadores. Los mas privilegiados ideaban medios de adquirir algunas divisas en el mercado negro o enviando a través de diplomáticos o visitantes extranjeros joyas, sellos, pólizas de seguro redimibles en las casas matrices de algunas compañías de seguros y otros valores convertibles en divisas. Este procedimiento convirtió en millonarios a muchos diplomáticos que residían o viajaban a Cuba, especialmente durante los primeros diez años de la dictadura, que llegaban a cobrar entre un veinticinco por ciento y hasta un noventa por ciento por su trabajo de rapiña.

Los valores que no se enviaban al extranjero se intentaba ocultarlos para poder rescatarlos al ansiado regreso. Aunque los que residieron en las casas incautadas a los exiliados han buscado insistentemente en cualquier lugar posible de ocultar estos patrimonios familiares para apoderarse de ellos, todavía quedan muchos tesoros familiares en espera de un cambio que permita el regreso definitivo

Algún día se podrán contar todos los medios que utilizaron los Cubanos, Españoles, miembros de la Comunidad Judía y otros grupos de extranjeros para exportar una parte de sus bienes, que les permitiera rehacer su vida en sus nuevos países de adopción. La actitud de la Comunidad Judía fué ejemplar en los programas de ayuda para la salida y reubicación de sus miembros. Con la experiencia acumulada de exilios anteriores lograron rescatar una parte muy importante de su patrimonio. Envíos de valores redimibles en el extranjero, préstamos de los bancos locales sobre sus negocios y bienes, con lo que el valor neto de sus bienes era muy pequeño en el momento de su incautación realizados en un momento aún favorable les permitieron obtener tasas de cambio relativamente bajas en los primeros momentos. Algunos, muy pocos exiliados se pudieron beneficiar de sus conocimientos.

Eran frecuentes cartas enviadas por los que llegaban a Estados Unidos de América recomendando a sus amigos y familiares que al llegar se declararan miembros de uno u otro grupo religioso por ser los que mayor ayuda estaban otorgando en esos momentos.

Los dos primeros grupos de exiliados, los “Batistianos” (miembros del gobierno del anterior dictador, Fulgencio Batista) y los “Siquitrillados” (propietarios de las empresas y explotaciones agrícolas expropiadas por el gobierno) lograron exportar una parte de sus patrimonios cuando el cambio de divisas era mas favorable. Se emplearon procedimientos mercantiles en los casos en que los negocios exportaban productos Cubanos o cuando tenían filiales en el extranjero y en muchos casos utilizando buques y aviones de recreo o los mercantes que visitaban la isla.

El tercer grupo más numeroso, compuesto principalmente de profesionales y cargos altos y medios, todos de clase media, tuvieron más dificultades al exiliarse a partir de la fallida invasión de Playa Girón, momento en que el gobierno impuso medidas muy drásticas, como el cambio de moneda por nuevas emisiones, lo que reducía la cantidad de efectivo disponible, obligándoles además de entregar sus bienes al marcharse a trabajar en labores agrícolas en condiciones muchas veces muy duras hasta la fecha de su viaje.

Aunque en distinto grado, cada Cubano dejo un recuerdo y algunos, importantes patrimonios en manos de familiares, amigos u oculto en lugares inimaginables. Después de más de cuarenta años de la dictadura que siempre ...se caería antes de las próximas navidades....., algunos de estos tesoros han sido encontrados, pero muchos permanecen ocultos.

Por imperativos legales debemos informarles que esta historia es ficticia, por lo que cualquier semejanza con personas vivas o muertas es pura coincidencia y real al mismo tiempo, pues aunque ninguno de los personajes existió, los hechos y las circunstancias traerán recuerdos a muchas familias Cubanas, Españolas, de la Comunidad Judía así como otros extranjeros que residían en el país de nunca jamás.

Personajes: El Coronel : Fernando Pérez Guillot
Su esposa: Josefina Undamendia García
Hija: La tía Josefina
El primogénito: Fernando II Pérez
Undamendia
La hermana de Josefina: Carmen
José, esposo de Carmen
Isabel, esposa de Fernando
José y María, hijos de Carmen y José
Fernando III , su esposa Cari, hermana Mercedes e hijos de Fernando III y Cari, Fernando IV y Cari
Sirvientes: Alfredo y Estela
Vecinos: Carlos Campos y su esposa Marta Márquez –hijas Beatriz y Yolanda
Amigas de Josefina: Matilde y Margarita

Nochebuena de 1951 - Marianao

Una noche apacible del calido invierno caribeño, en la ciudad de Marianao, que forma parte de la Gran Habana, pues solo les separa el río Almendares.




A las diez de la noche estaba ya reunida la familia del Coronel Fernando Pérez Guillot para celebrar la tradicional Cena de Nochebuena, según la tradición Cubana en el chalet situado en la ciudad de Marianao a muy pocos metros del cuartel militar de Columbia, donde había completado el Coronel sus últimos años de servicio antes de retirarse del ejercito. A sus setenta y tres años el Coronel conservaba una figura esbelta debido a la disciplina militar que había seguido desde que se unió al ejercito Mambí en el año de 1895, fecha del comienzo de la Guerra de Independencia, donde había luchado como oficial de la columna que dirigía el General Máximo Gómez en la provincia de Oriente, que terminó con la intervención de los Estados Unidos de América y el posterior inicio de la Republica de Cuba el 20 de Mayo de 1902.

Con la llegada de la República el año 1902, Don Fernando se convirtió en militar de carrera, en contra de los deseos de su padres, ambos nacidos en España, que hubieran preferido que hubiera continuado ejerciendo su carrera de abogado y posteriormente se hiciera cargo del negocio familiar de importaciones de ultramarinos de la madre patria.

Esta navidad estaban todos tristes por la perdida de Josefina, la esposa del Coronel y madre de sus tres hijos; Fernando, el primogénito, Doctor en medicina y ya Teniente del ejercito. Josefina, la mayor de las hijas y Carmen la menor.

En la Cena de Nochebuena se sirvieron los típicos platos criollos, el cerdo asado lentamente, después de haberse dejado colgado de un árbol durante la noche anterior, untado de una mezcla de jugo de naranja agria, lima, aceite de oliva, cebolla y ajo. El arroz blanco, los frijoles negros, la yuca cocida con su “mojito” , los plátanos verdes aplastados y fritos – chatinos - , las mariquitas – pequeñas rodajas de plátanos verdes fritas en aceite muy caliente se prepararon según las recetas que les había enseñado Josefina, madre y esposa que las había aprendido de sus padres. Los postres, toda una variedad de España y Cuba. Los turrones, mazapanes, los cascos de guayaba con queso crema, el coco rallado cocinado con azúcar prieta y queso blanco. También se sirvieron vinos tintos de la rioja y el champagne (ahora rebautizado como cava) catalán.

De acuerdo con la costumbre, Josefina y su hermana Carmen se ocuparon de servir la cena que habían preparado Alfredo y su esposa Estela, el matrimonio de mulatos que habían servido a la familia durante muchos años y que se marchaban con su familia llevando a su casa una cena igual a la de la familia Pérez Undamendia.

A pesar de la tristeza por la reciente desaparición de la Josefina, la cena se celebró según la costumbre y a continuación se inició una conversación en torno a las noticias recibidas de España, donde residían los tíos del Coronel y de su viuda Josefina que les habían agradecido la ayuda que todos los años les enviaban desde los problemas de abastecimiento posteriores a la guerra civil y la dictadura personal del General Franco. Las familias del Coronel y su esposa procedían de las Islas Canarias, Galicia, Vizcaya y Cataluña donde conservaban una parte de la herencia familiar.

Todos siguieron el ritual de colocar sus cartas en las que pedían a los Reyes Magos los regalos que les traerían la noche del seis de Enero del próximo año. Las cartas se colocaban en el árbol de Navidad, junto al Nacimiento, como llaman en Cuba al Belén, compuesto de bellas figuras que habían adquirido en cada una de las ciudades Españolas que habían visitado Fernando y Josefina varias veces. Colocar el Nacimiento, adornar el árbol de navidad, costumbre pagana pero que se seguía por influencia del cercano Estados Unidos de América, la cena de Nochebuena, la comida de Navidad, la fiesta de fin de año y la noche de Reyes constituían una tradición que alegraban las vacaciones de los niños y servían de descanso y recuerdo de los familiares que no podían ya acudir a las reuniones.

A continuación el Coronel mostró su preocupación por la situación política Cubana, El líder del partido Ortodoxo, Eduardo Chibas se había suicidado después de haber fracasado en demostrar la corrupción del actual presidente, Carlos Prio Socarrás a pesar de que era un hecho conocido por todos como el presidente y su grupo de amigos habían acumulado enormes riquezas a expensas del erario público. También surgían algunos estudiantiles, algunos de ideas democráticas como “manzanita” y otros verdaderos “gangsters” como Fidel Castro Ruz.

El Coronel le dijo a sus hijos, que sin embargo, el tenía confianza en que su amigo, el ex - sargento y ahora General Fulgencio Batista que después de haber sido presidente había promovido una constitución muy moderna, tomaría de nuevo el poder si la corrupción continuaba.

- Padre, dijo su hijo, creo que sería un error si Batista tomara de nuevo el poder, por la vía electoral o por otros medios, pues los cubanos necesitamos madurar políticamente y una nueva dictadura no sería el camino adecuado para lograrlo.

- Hijo, le contestó el Coronel, tienes razón, pero recuerda que el pueblo cubano no ha sido nunca capaz de liberarse por si solo o de vivir en paz con honradez muchos años. De la metrópoli solo nos separamos debido a la intervención del vecino del norte y varios presidentes posteriores no fueron muy democráticos, lo que provocó de nuevo intervenciones directas o indirectas de los Estados Unidos de América. Yo creo que un gobierno fuerte bajo el mando de un militar cubano tal vez sea la mejor solución.

- Yo sigo sin estar de acuerdo padre. En ese momento Josefina intercedió y prometió ofrecer una novena a la Virgen de la Caridad para que los cubanos encontraran la mejor solución a los problemas políticos sin derramamientos de sangre. Al igual que su madre, Josefina veía la solución a los grandes problemas de Cuba en la intervención de la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba.

Carmen, la hermana menor se limitó a pedir permiso para acudir a una fiesta de sus vecinos donde podría ver a su admirado José, un compañero de la escuela y también vecino, hijo de militar como su padre, por el que comenzaba a sentir una atracción especial. Josefina, dijo: ¿Me acompañas? No, contestó Josefina, iré con Papá a la misa del gallo y después leeré algo. Entonces tienes que acompañarme, se dirigió Carmen a Fernando y recuerda que también estará en la fiesta su hermana Isabel. Y la fiesta terminó en la misa para el Coronel y Josefina y después de la misa en una pequeña fiesta familiar para Carmen y su hermano Fernando motivados por el interés de poder disfrutar de la compañía de José e Isabel.

Nochebuena de 1958 - Marianao

Un año mas, la familia Pérez Undamendia se reúne para celebrar la nochebuena en este año de 1958. Ya son las diez de la noche y se había acabado de marchar el matrimonio de sirvientes que durante tantos años formaban parte de la familia, llevando su parte de la tradicional cena cubana para su propia familia.

Este año la cena la preside el ya Capitán médico del ejercito Fernando Pérez Undamendia debido a la muerte de su padre, el viejo Coronel. Le acompañan su esposa Isabel y sus dos hijos Mercedes y Fernando. También estaban Carmen y su esposo José con sus hijos José y María, la mas pequeña de la familia.

Aunque la casa familiar sólo era habitada por la tía Josefina que no se había casado, la Nochebuena se continuaba celebrando en ella. La misma cena de siempre, aunque está vez se habían añadido otros platos, también de la cocina tradicional cubana, a petición de los niños que querían disfrutar de los tamales criollos y buñuelos dulces, pasteles de guayaba y coco con queso crema en los postres.

La cena transcurrió en la forma tradicional y después de los postres los niños se retiraron a la sala de juegos donde también podían ver la nueva televisión en colores, que Cuba ya había instalado a continuación de su vecino del norte. Los mayores, a los que se habían unido los suegros de Fernando y Carmen y algunos de sus cuñados con sus hijos se sentaron a tomar café a la espera de la hora de irse a la misa de gallo.

El tema de conversación incluyó un recuerdo del Coronel que era la primera vez que no participaba de esta cena y su insistencia en que la situación de Cuba se estaba empeorando debido a la falta de visión de su amigo el General y ahora presidente Fulgencio Batista que en opinión de Fernando había abandonado sus ideas y había cedido a la corrupción y permitido que un grupo de colaboradores estableciera un sistema represivo a partir del ataque al cuartel Moncada de Santiago de Cuba de un gangster procedente de las mafias universitarias y yerno de uno de sus colaboradores, Fidel Castro.

El presidente Batista había cedido a la presión de la familia política del gangster y algunos obispos de la iglesia católica, liberándolo, lo que provocó su marcha a los Estados Unidos Mexicanos y posterior regreso para iniciar una lucha de guerrillas en las montañas, lo que también promovió una mayor resistencia en las ciudades con las consiguientes represalias y muchas victimas inocentes.

Fernando indicó que tal como había previsto su padre el gobierno de los Estados Unidos de América intervendría para intentar estabilizar el país.

Creo que sería un error hacerlo, contestó José el esposo de Carmen, pues un cambio sin control podría producir una mayor inestabilidad. Yo creo que la situación actual es peligrosa por que la situación mundial también ha cambiado y algunos de los elementos que participan en la política Cubana pueden estar influenciado por otros tipos de dictaduras, mas dañinas para la familia cubana que la actual y sigo pensando que la solución está en manos del gobierno de los Estados Unidos de América y confío en que nunca nos abandonarán, pues estando tan cerca nunca permitirán un gobierno hostil a solo 90 millas de sus costas.

Es mas, continuó José, en estos momentos se están desarrollando escaramuzas militares, una en la Sierra Maestra y la otra en la Sierra del Escambray. Por otro lado, hay actos terroristas en las principales ciudades cada noche y la policía secreta responde con detenciones, torturas y asesinatos indiscriminados. Mi amigo Rodolfo, capitán del ejercito gubernamental se encontró envuelto en una batalla real entre cerca de cincuenta soldados y más de cien barbudos. Creo que si no se encuentra una solución que permita mantener las instituciones tendremos problemas difíciles de solucionar.

A las doce, como exigía la tradición familiar se marcharon todos, incluidos los niños a la misa de gallo.

Nochebuena de 1961 - Marianao

A las diez de la noche, Josefina se disponía a cenar con sus dos amigas, Margarita y Matilde, compañeras ambas de la empresa creada por la nueva dictadura vigente en Cuba para distribuir los productos de ferretería que antiguamente se efectuaba a través de más de una docena de empresas privadas. Al igual que ella, Margarita y Matilde se encontraban solas desde que sus familias habían decidido marcharse al estado de Florida en los Estados Unidos de América.

Ya hacía unos meses que Alfredo y Estela, los dos empleados que se ocupaban de las labores de la casa se habían marchado siguiendo ordenes del gobierno que les había asignados nuevos trabajos, en unos almacenes de perfumería en el caso de Alfredo y un banco en el caso de Estela, aunque ella apenas sabia escribir.

Después de una cena mucho mas ligera que las que se celebraban en la casa desde que ella era niña, Josefina le contó a sus amigas de lo duro que era para ella estar alejada de su familia, pero que había decidido quedarse pues no soportaba la idea de que otras familias vivieran en la que fue la casa de sus padres y hermanos, construida de acuerdo con los deseos de sus padres y que tantos recuerdos le traía.

A pesar de su tristeza Josefina seguía cumpliendo con todas las tradiciones de la familia, colocando el árbol de Navidad, el Belén, preparar la cena de Nochebuena con las recetas aprendidas de su madre, colocar los sobres con las peticiones a los Reyes Magos, tomar cava y uvas en la noche de fin de año y abrir los regalos la mañana del día de los Reyes Magos.

Apenas unos meses después del triunfo de la revolución, a principios de 1959, su hermano y su familia se vieron obligados a marcharse por el acoso al que se veía sometido Fernando por haber pertenecido al ejercito y la relación de su padre con el anterior dictador.

Su cuñado José y su hermana Carmen habían colaborado con la revolución en sus comienzos, pero José fue detenido durante un mes por unos comentarios que realizó en relación a la necesidad de celebrar elecciones, por lo que se vieron obligados a marcharse también para evitar que José fuera detenido de nuevo, lo que hubiera significado una larga condena. Esto sucedió pocas semanas después de la invasión de Playa Girón que fue abortada por el recién nombrado presidente de los Estados Unidos de América, en una decisión equivocada que tantas muertes y miserias provocaría.

Siento mucho, dijo Josefina, que no podamos asistir a la misa de medianoche esta nochebuena, por primera vez en mi vida, pero me han informado que no hay sacerdotes para todas las iglesias desde la expulsión masiva del pasado mes de Septiembre.

A propósito, a partir de la próxima semana todos tendremos que realizar turnos de guardias en los centros de trabajo y posiblemente trabajos voluntarios durante las épocas de recogida de la caña y otras cosechas. Mi hermano decía que eso traería escasez, comentó Josefina, pues los voluntarios producen poco y dañan las cosechas, además de dejar de producir en sus labores habituales.

Nochebuena de 1961 - Miami

Siguiendo la tradición Cubana, a las diez de la noche, una de las pocas veces en que la familia Cubana cena tan tarde, se reunieron en la nueva casa de Fernando en Miami, sus suegros, su hermana Carmen con su esposo José, hijos y padres para celebrar la primera nochebuena lejos de su casa de Marianao, en Cuba.

Presidida por Fernando, la cena se realizó con el mismo menú que se servía en la casa de sus padres, a las que se añadieron algunas costumbres, todavía pocas, como los villancicos en inglés que habían aprendido los niños en el colegio y los bombones. No faltaron los recuerdos a la patria.

Yo espero que pronto podamos estar de vuelta en Cuba y celebrar las próximas cenas de nochebuena en Cuba como siempre, dijo Fernando. A continuación oyeron el timbre del teléfono que les anunciaba la llamada que habían pedido para hablar con la tía Josefina, como llamaban todos a la hermana y tía de los niños que había quedado en Cuba.

Ahora debemos ir a la iglesia, anunció José, si no queremos llegar tarde a la misa del gallo.

Nochebuena de 1981 - Marianao

Una vez mas, son las diez de la noche en la casa de los Pérez Undamendia en esta especial nochebuena. Como cada año la tía Josefina ha mantenido la tradición de celebrar está fiesta cristiana, aunque cada año es más difícil conseguir los productos con que siempre lo celebraba la familia. Desde Miami le ayudaban enviando algunos productos con los visitantes que venían desde allí, aunque ninguno de sus familiares había podido obtener la visa para visitarles personalmente. Los años pesaban y la tía Josefina ya había obtenido la jubilación y tenía mas tiempo para ayudar a varias familias necesitadas a través de la iglesia del barrio. Como sus amigas Matilde y Margarita habían muerto este año la acompañaban la familia Campos Márquez que desde hacía dos años ocupaban la casa vecina, que había pertenecido a los padres de José e Isabel, sus cuñados.

Aunque la familia Campos Márquez, compuesta de Carlos Campos, su esposa Marta Márquez y sus hijas Beatriz y Yolanda estaban totalmente integrados en el proceso revolucionario, eran todos milicianos o miembros del Comité de Defensa de la Revolución del barrio, perteneciendo el padre a uno de los servicios secretos del gobierno y su esposa era juez de los tribunales populares, sentían un gran cariño por Josefina, debido a su bondad y carácter alegre y los regalos que compartía con ellos cuando recibía paquetes desde Miami.

Carlos Campos tenía la esperanza de que cuando Josefina falleciera, Beatriz o Yolanda pudieran obtener el derecho de vivir en la casa que a pesar del tiempo conservaba su elegancia, debido a los esfuerzos de la tía por conseguir pintura y otros materiales para mantenerla como la recordarían sus hermanos, a los cuales les enviaba fotos de la casa por cada navidad.

Beatriz y Yolanda de 14 y 15 años estaban encantadas pues no habían tenido la ocasión de participar en una cena tan variada, servida en vajilla de porcelana francesa y cubiertos de plata italiana sobre manteles bordados de Galicia, como solo habían visto en las pocas películas que se veían en Cuba realizadas en los países occidentales, por lo que todos aceptaron los ritos católicos con los que Josefina bendijo los alimentos, a pesar de su falta de costumbre.

Las jóvenes disfrutaban con las historias que Josefina les contaba de cómo era la vida en la época prehistórica, como llamaban ellas a los años anteriores a 1959, fecha del comienzo de la dictadura de la banda de los Hermanos Castro y no le contradecían, debido al cariño que le tenían, a pesar de que no estaban de acuerdo con ella.

La acostumbrada llamada desde Miami se efectuó puntualmente esta vez, a las diez y media de la noche y Josefina pudo hablar con todos los miembros de la familia. Fernando e Isabel insistieron en invitar a Josefina indicándole que una vez jubilada le permitirían realizar visitas a Miami, donde podría ver a toda la familia y asistir a la graduación el siguiente mes de Mayo de Fernando y José, así como la boda de Fernando que contraería nupcias con Cari González del Valle, nieta de un médico cubano muy amigo de su abuelo Fernando. A pesar de los esfuerzos y suplicas de todos no pudieron convencer a la tía Josefina que solo se limitaba a decir que ella cumplía con los deseos de su padre e insistía en preguntarles si estaban recibiendo las cartas que ella les enviaba cada 1º de Noviembre, lo que les intrigaba, pues no comprendían su insistencia en la exactitud de la fecha.

Con lagrimas en sus ojos por la emoción de la llamada de su familia en esta fecha tan señalada y una vez terminada la cena Josefina se marchó sola a la misa, pues a Yolanda la mas pequeña de las hermanas solo le permitieron acompañarla hasta la puerta de la iglesia para evitar que otros miembros del Comité de Defensa de la Revolución la vieran asistir a la misa.

Nochebuena de 1981 - Miami

Este año la tradicional cena de Nochebuena se celebraba en la casa de José y Carmen. A pesar de los años transcurridos y los cambios en las costumbres de sus hijos que ahora hablaban más tiempo en inglés que en español, en esta noche continuaban prohibidas las hamburguesas, hablar inglés y solo se podía oír música Cubana.

Los niños ya eran jóvenes, Fernando se graduaba, casándose a continuación para marcharse con su esposa Cari a Boston donde completaría su carrera con un Master en Administración de Empresas, requisito esencial para poder triunfar y obtener un nivel de vida acorde a los deseos de sus padres. La familia Pérez Undamendia había prosperado en estos años debido al esfuerzo de todos, pues aunque las costumbres del nuevo país de adopción eran diferentes, la mayoría de las familias Cubanas habían creado un ambiente propio, al menos en el estado de la Florida, pues al fin y al cabo, este territorio había sido hasta mediados del siglo XVIII parte de la colonia Española de Cuba.

Todos tuvieron palabras de recuerdo para los padres de José e Isabel que habían muerto ese año y que tanto les habían ayudado en la educación y cuidado de los niños cuando toda la familia trabajaba. Después de la tradicional llamada a la tía Josefina todos cenaron en la única noche que esta familia podía disfrutar de los productos típicos de Cuba que se cultivaban en la Florida o algún otro país del caribe, turrones, embutidos y vinos de España, lugar que ya conocían todos, pues visitaban frecuentemente los pueblos de Canarias, Galicia, Vizcaya y Cataluña donde habían nacido sus padres o abuelos.

Sin embargo, algunas costumbres de su nuevo país de adopción se imponían. Pocas casas añadían los Belenes a la decoración, limitándose al árbol de Navidad y los regalos eran repartidos entre los niños por un Rey que venía del norte en lugar de Oriente, lo que le permitía llegar antes para que los niños los recibieran la mañana del día de Navidad y poder disfrutar de ellos durante las vacaciones escolares.

Antes de asistir a la misa de gallo en alguna de las ya numerosas iglesias que ofrecían la misa del gallo de Nochebuena en Español, celebrada por sacerdotes Cubanos o Españoles que habían vivido en Cuba, el principal tema de conversación lo fue la insistencia de la tía Josefina en preguntarle a todos si habían recibido sus cartas fechadas el 1º de Noviembre de cada año, después de las tradicionales alusiones al deseo de poder pasar ...las siguientes navidades en una Cuba libre.

María, la mas pequeña de las hijas de José y Carmen le pidió a su madre la llave del armario donde guardaban todas las cartas y fotografías que habían recibido de la tía y se dedicó a separar las cartas que tenían la fecha del 1º de Noviembre. En ella siempre hablaba de la casa familiar y dibujaba planos de las distintas habitaciones con unos números al lado de cada uno de los lados de las habitaciones. Se quedo pensando en el significado de estos planos cuando la llamaron para asistir a la misa y tuvo mucho cuidado en guardar las cartas del 1º de Noviembre separadas con un lazo azul con su nombre.

Nochebuena de 2001 - Miami

Este año la cena de Nochebuena se celebraba en la casa del nieto del Coronel, Fernando III. Nacido en 1954. Fernandito llegó a Estados Unidos de América en 1961 con solo ocho años de edad por lo que su idioma de trabajo era el inglés, sus hijos Fernando IV y Cari hablaban el Español con dificultad, mezclando palabras en inglés en lo que se denomina “Spanglish”, descartaban un futuro regreso a Cuba salvo en vacaciones o para adquirir un apartamento en la playa de Varadero donde pasar sus vacaciones o largos fines de semana.

Desaparecida la tradición militar, Fernando III había adquirido una bella casa en una de las islas de la ciudad de “Miami Beach” producto de su trabajo en una conocida empresa de inversiones en bolsa. Su esposa Cari también era propietaria de una clínica donde se realizaban operaciones de cosmética femenina y medio en broma, medio en serio, Cari presumía de haber ampliado una gran parte de los senos de Miami y muchos de América Latina.

La familia Pérez Undamendia era representativa, no de la mayoría de los inmigrantes Cubanos, pero si de la primera oleada que incluía a los Batistianos y Siquitrillados que se beneficiaron de la oportunidad de llegar a una ciudad virgen para el desarrollo de una economía orientada a convertir la Florida en el centro de actividades empresariales y turísticas de América Latina.

Esta vez las costumbres habían variado mucho. A la caída del Imperio Soviético resurgió la esperanza de que la dictadura personal de Fidel Castro dejaría paso a una Cuba libre. Diez años después surgía la certeza entre los que ya se consideran Cubano Norteamericanos de que el cambio político en Cuba se efectuaría mediante una transición a la oposición que se está creando en Cuba sin ayuda o con una participación muy limitada de la colonia Cubana residente en España o Estados Unidos de América. Este nuevo escenario llevaba a los jóvenes a una adaptación total de la mayoría de las costumbres, acentos y procedimientos mercantiles y profesionales del país de adopción.

Aunque la conversación se realizaba en un típico “Spanglish” como única deferencia a Cuba y una cena en la que ya se mezclaba el pavo asado con el cerdo. Los postres y aperitivos Españoles habían aumentado, pues la “madre patria” se había convertido en uno de los lugares preferidos de la familia Pérez Undamendia donde visitaban en cada viaje los lugares de origen de la familia.

Después de la cena la conversación derivó hacía el interés de María por las cartas de la tía Josefina y su anunció de que había llegado a un acuerdo con Beatriz y Yolanda Campos Márquez, que ahora vivían en la antigua casa familiar de Marianao para alquilarles la casa, lo cual era permitido por el gobierno dictatorial. Se marcharía a finales de Enero, pues ocuparía la casa durante el mes de Febrero y quería familiarizarse con el ambiente, conocer donde podía adquirir alimentos y alquilar un coche, para lo cual se habían ofrecido para ayudarles Beatriz y Yolanda.

Después de la cena se procedió al reparto de los regalos antes de marcharse todos a la misa de media noche en una iglesia latina, pues en muchos barrios los Cubanos habían dejado de ser mayoría por la afluencia de inmigrantes de otros países como Nicaragua, Argentina, Venezuela, Colombia, Centro América y otras zonas con problemas políticos o simplemente económicos.

Nochebuena de 2002 - Miami
Celebración del Rescate del Tesoro

Otra navidad, esta vez en la casa de María, la número cuarenta celebrada por la familia Pérez Undamendia en el estado de la Florida. La casa de María, situada en la ciudad residencial de Coral Gables, aunque menos lujosa que la de su primo Fernando era espaciosa, con una piscina donde los niños y mayores disfrutaban incluso durante el invierno por el sistema de calefacción solar que habían instalado recientemente.

A pesar de los manjares, cada vez mas cercanos al gusto del país de acogida debido a los deseos de los mas pequeños que ya eran mayoría, aunque conservando el gusto por los postres, una mezcla de productos Caribeños y Españoles, el tema de conversación lo fue el viaje de la tía María a Cuba.

Aunque los niños ya habían oído varias veces la historia, se sentaron alrededor de la tía María con la clara intención de no marcharse hasta que les volviera a relatar cómo había descifrado el secreto de las cartas de la tía Josefina fechadas siempre un 1º de Noviembre de cada año y como había convencido a sus actuales ocupantes, Beatriz y Yolanda con sus esposos e hijos, para que le alquilaran la casa de la familia durante todo un mes a cambio de dos mil dólares y como, con la ayuda de los mensajes de la tía Josefina fue descubriendo los escondites donde con una gran paciencia la tía había construido una doble pared en los tres dormitorios de ella y sus hermanos y colocado con mucho cuidado desde fotos de la familia que no había podido enviar a los Estados Unidos de América, cada una de las joyas que el Coronel le había regalado a su esposa, una por cada aniversario y otra por el nacimiento de cada hijo y otros valores que constituían el patrimonio familiar.

María repitió, una vez mas, las horas que pasó pensando en el significado de los planos de la casa que les enviaba la tía. Finalmente, una noche se despertó agitada, con la seguridad de que había alguien mas en la habitación. A pesar de que María no era la clase de personas que se dejaba impresionar, aseguró una vez, que había visto a la tía Josefina y que le había dicho que se fijara en las medidas de las habitaciones. Impresionada, buscó las cartas y los planos repetidos y le llamó la atención el hecho de que solo las habitaciones de los hijos del Coronel estaban repetidas y se le ocurrió analizar las diferencias, como los pasatiempos de algunas revistas que invitaban a identificar los errores entre dos dibujos semejantes. La única diferencia estaba en los números que aparecían al lado de una de las paredes de cada habitación, lo que le llevo a pensar que se podría tratar de una señal de los cambios que se pudieran haber efectuado en las habitaciones.

María continuó la ya repetida historia de cómo, ocultando el hecho al resto de la familia, que la hubiera criticado por haber realizado un viaje a Cuba, por considerarlo una traición al principio de no ayudar a la economía de la banda personal de los Hermanos Castro, se marchó a La Habana durante cuatro días, donde se entrevistó con la familia que habitaba la casa, Beatriz y Yolanda, con sus esposos e hijos, que habían dividido la casa en dos y sus vecinos y padres a los que les informó que quería agradecerles las atenciones que habían tenido con su hermana y les pidió que les alquilara la casa, tal como había averiguado que se podía realizar, ofreciéndoles dos mil dólares por un mes, cifra que le había informado un amigo diplomático de un país sudamericano que difícilmente rechazarían.

Varios meses después de la primera visita, María realizó el viaje en compañía de Paco, un compañero de trabajo que se entusiasmó con su plan y al que presentó como su esposo, pues su ex marido se había negado a acompañarle. Los primeros días los dedicaron a visitar los lugares turísticos, comprar en las tiendas llamadas “de dólares” y agasajar a sus arrendadores y vecinos que durante ese mes se habían trasladado a la casa de sus padres, que linda con el antiguo domicilio familiar de los Pérez Undamendia, pues deseaban mantenerlos contentos durante el desarrollo de su plan.

A partir de la primera semana, nos dedicamos a examinar las paredes que mostraban las diferencias con un equipo detector de metales que les había facilitado el amigo diplomático. Una vez señalados los lugares que mostraban señales de contener metales los marcaron y con mucho cuidado abrieron varios orificios que confirmaron sus hallazgos. Abriendo exclusivamente la pared lo suficiente para permitirles extraer todo lo que contenían, volvieron a taparlos y pintarlos para lo cual fue de gran ayuda Paco, que además de pintor y restaurador de cuadros antiguos, también se dedicaba a la decoración, pues era más rentable que la pintura y restauración artística, al menos en el estado de Florida.

Después de cubrir con yeso los orificios, Paco pintaba toda la pared con pintura que conseguían en las tiendas para diplomáticos, procediendo al envejecimiento de la pared con un producto que aplicaba con un pequeño soplador que lanzaba pequeñas cantidades de aire con una mezcla especial que Paco preparaba con una arena muy fina y que después recogían con un aspirador que compraron con la excusa de regalárselo a las hermanas Campos.

María les contó que al menos dos veces estuvieron a punto de ser descubiertos por las visitas inesperadas de Beatriz y Yolanda para recoger ropas o utensilios que no se habían llevado a casa de sus padres. La primera vez tuvieron que simular que Paco estaba desnudo en la habitación en la que estaban trabajando y la segunda vez cubrieron precipitadamente los agujeros con unos cuadros que habían comprado en la Plaza que se encuentra frente a la Catedral de la Habana, por lo que a partir de ese momento siempre tenían algunos cuadros en la habitación en la que estaban trabajando, pues como siempre perforaban las paredes por abajo, los cuadros les brindaban una magnifica cobertura.

Después de dos semanas simulando visitas turistas para poder traer los materiales que necesitaban en la restauración de las paredes y comprar algunas figuras hechas de coco y otros materiales cerámicos de artesanía María y Paco les avisaron a sus vecinos, simulando una gran pena que tenían que regresar a Miami por la súbita enfermedad de una sobrina que debían marcharse y que no pedirían ninguna devolución por el tiempo no utilizado, lo que agradó a los agradecidos vecinos de la tía Josefina.

El Sr. Campos se ofreció para ayudarles a cambiar el vuelo de regreso debido a su influencia, por haber tenido un alto cargo en los servicios secretos del régimen dictatorial Cubano. El resultado fue que gracias a la ayuda del Sr. Campos y sus hijas tanto María como Paco pudieron regresar con una simplificación de las molestia de los trámites aduaneros Cubanos que hicieron innecesarios los cuidados en guardar las joyas, fotos y documentos que había guardado la tía Josefina en los objetos turísticos, aunque al llegar al aeropuerto comprobaron que la ayuda de Carlos no era desinteresada, pues antes de que María entrara en el avión le entrego un sobre con el encargo de entregárselo a su hermano que la esperaría en el aeropuerto de Miami, de cuyo contenido María no se atrevió a preguntar.

Durante los siguientes meses comprobaron que las joyas de la familia tenían un valor actual superior al millón de dólares, aunque nunca serían vendidas por que su valor sentimental era mucho mayor. Tía Josefina había guardado los pesos de plata cubanos que el Coronel regalaba periódicamente a sus hijos y monedas de oro, que habían adquirido un valor mucho mayor y los billetes emitidos antes del cambio de la moneda efectuado por la actual dictadura, que según los rumores infundados de la colonia cubana, serían los únicos que conservarían su valor de cambio después de la recuperación de la libertad.

Lamentablemente, estos billetes solo tenían valor para los coleccionistas y no había gran diferencia entre una moneda de papel de un peso u otro de diez mil, a pesar de que el peso cubano tenía un valor de cambio igual al dólar antes de la llegada al poder de los Hermanos Castro.

Los documentos incluían una copia de la póliza de seguro que el Coronel había suscrito conjuntamente con su esposa, siendo beneficiarios sus hijos. Después de tantos años de acumular intereses, su valor resulto aún mayor que el de las joyas y se podían cobrar en la casa matriz de la compañía de seguros en Canadá. Y por último, aunque no menos importante, dos escrituras de propiedad correspondientes a solares que sus padres habían comprado en la isla de Mallorca, en España, cuyo precio actual de mercado igualaba el total de las joyas y las pólizas.

También lograron rescatar el libro de recetas de la abuela Josefina, que contenía todos los platos, tanto Cubanos como Españoles que recordaban sus hijos y ahora sus nietos y bisnietos.

En fin, dijo María, que el verdadero motivo por el cual la tía Josefina se había quedado en Cuba era conservar el patrimonio familiar, principalmente las joyas, pues aunque conocía el contenido de los documentos que le había dado su padre, desconocía su valor de mercado posterior, porque las propiedades en España no tenían gran valor en la fecha en que fueron adquiridas.

Aunque la familia Pérez Undamendia no necesitaba del tesoro de la tía para disfrutar de una posición económica desahogada, no cabe duda que el ingenio de Josefina, la aventura de descifrar sus mensajes y el rescate sería el principal motivo de conversación de las navidades de la familia por muchos, muchos años futuros.

Antes de partir para la tradicional misa de medianoche, María reunió a los adultos de la familia, enviando a los niños a jugar. Ante la sorpresa de todos los presentes, María les contó que había algo que había reservado para contárselos esa noche. Una carta que quería leerles a todos al mismo tiempo. Escrito con su propia letra, muy parecida a la de su hermana Carmen por haber estudiado ambas en el mismo colegio de monjas, la tía Josefina se disculpaba de no haberles enviado las joyas, pólizas y las escrituras de los terrenos en España por expreso deseo del Coronel, quien de acuerdo con su propia interpretación, habría querido que ese dinero se hubiera empleado para reconstruir sus vidas en Cuba, una vez que la dictadura de los Hermanos Castro hubiera llegado a su fin, pues ni el ni nadie hubiera pensado que durara cuarenta años.

Con lagrimas en los ojos, todos estuvieron de acuerdo con los deseos de la tía Josefina y se comprometieron a intentar alquilar nuevamente la casa de Marianao en una próxima Navidad para viajar con toda la familia y permitir a las nuevas generaciones que no la habían conocido, disfrutar de una tradición familiar inolvidable, reservando los fondos que se obtuvieron de las pólizas de seguro con el objetivo de financiar la reconstrucción de la casa familiar de Marianao, una vez que Cuba recobrara su libertad.

Recetas de la Cocina Cubana de la abuela Josefina

El libro de recetas de la abuela contiene más de cien reseñas de comidas Cubanas y Españolas, de las cuales hemos incluidas algunas en este relato.

Tostones

Ingredientes

Varios Plátanos machos muy verdes
Sal
Aceite de maíz

Preparación

Se coloca aceite abundante en una sartén para que se caliente mientras se pelan y cortan los plátanos en trozos de tres centímetros de ancho.

Cuando el aceite esté bien caliente se ponen a freír los plátanos hasta que comiencen a cambiar de color. En ese momento se sacan del aceite y se aplastan entre dos trozos de madera de caoba que se han untado con aceite. Inmediatamente se vuelven a freír cuando todavía están muy calientes hasta que estén dorados y crujientes.

Se sacan del aceite, colocándolos sobre un papel grueso que absorba el aceite sobrante, añadiéndole sal por ambas superficies.

Tamales en su Hoja

Ingredientes

2 Cebollas
2 Pimientos dulces rojos
10 Tomates sin piel ni semilla
2 Dientes de ajo
4 Cucharadas de aceite de oliva Español
1 Kilo de magro de Cerdo en cubos muy pequeños
¼ taza de cebolla cortada pequeña
1 Cucharadita de sal ( ½ si hay personas con hipertensión )
1 Kilo de Granos de Maíz tierno
12 Hojas dobles de las mazorcas de maíz

Preparación

Se muelen o trituran las cebollas, pimientos, ajos y se prepara un sofrito . Se muelen los granos de maíz, añadiendo esta masa de maíz al sofrito mientras se mantiene caliente a fuego lento.

Se colocan las hojas, añadiendo en el centro la masa, envolviéndolas y atándolas para formar un “tamal” de aprox. 6 x 15 cms. Se cocinan en una cazuela con agua a punto de ebullición a la que se añade sal y unas hojas de laurel durante una hora.

Se quitan las hojas y se sirven añadiéndole según los gustos una salsa preparada con puré de tomate, aceite, sal, una pizca de azúcar y cebolla muy machacada y pasada por un colador. También se puede servir con “mojo” de ajo.

Frijoles Negros

Ingredientes

2 Tazas de frijoles negros
200 centilitros de aceite de oliva español
4 Dientes de ajo
1 Pimiento verde
1 Hoja de Laurel
2 Cucharaditas de sal
1 Cucharada de vinagre
1 Cucharada de vino blanco seco
1 Cucharada de azúcar
2 Cucharadas de mantequilla

Preparación

Los frijoles se dejan la noche anterior en una cazuela y se cubren de agua. Por la mañana se dejan escurrir y se añaden a una cazuela con agua a punto de ebullición y se cuecen a fuego lento hasta que los frijoles estén blandos.

Se prepara un sofrito con aceite, sal y el ajo machacado con la cebolla, el pimiento verde y la hoja de laurel. Cuando los frijoles estén blandos se le añade el sofrito, el vinagre, el vino seco y el azúcar espolvoreada sobre la cazuela, revolviendo durante diez minutos. A continuación se le añade las dos cucharadas de mantequilla y se cocina a fuego muy lento durante otros veinte minutos o hasta que los frijoles tengan el punto adecuado.

Mariquitas fritas

Ingredientes

Varios Plátanos machos muy verdes
Sal
Aceite de maíz

Preparación

Se coloca aceite abundante en una sartén para que se caliente mientras se pelan los plátanos. Se cortan los plátanos en rodajas muy finas. Cuando el aceite esté bien caliente se ponen a freír las rodajas de mariquitas hasta que estén doradas y crujientes.

Se sacan del aceite, colocándolos sobre papel grueso que absorba el aceite sobrante. Cuando estén secas pero aún calientes se introducen en una bolsa de papel, se le añade sal y se les agita muy suavemente para que se impregnen de sal sin romperse.

Yuca a la Cubana

Ingredientes

1 Kilo de Yuca
1 Cucharadita de sal
Aceite de Oliva Español
Cebolla
Dientes de Ajo
1 Ají , preferiblemente de los pequeños y redondos
Vinagre
Vino seco
Zumo de limón verde
Zumo de naranja agria
Maizena

Preparación

Pelar la yuca y cortarla en trozos de 5 cms., cocinándola a fuego medio hasta que este blanda.

“Mojo” Cubano para la Yuca

Preparar en una sartén aceite de oliva Español, añadiendo zumo de naranja agria y limón verde, cebolla, ají y dientes de ajo machacados y pasados por un pasapurés muy fino, sal y un poco de maicena disuelta en agua fría. Se mantiene a fuego lento la salsa, revolviendo todo el tiempo hasta que tenga el grado de espesor que nos gusta.

Sugerencia: Se añade el mojo sobre la yuca antes de servirla

Papas Rellenas

Ingredientes

Varias papas grandes
Picadillo de vaca – sin grasa-
Tomates sin piel ni semilla, hechos puré
Aceitunas, sal, pasas, vino seco, Cebolla, Ajo
Aceite de maíz, Pan rallado, 1 huevo

Preparación

Se cocinan las patatas hasta que estén blandas. Se pelan las papas y se prepara un puré con muy poca leche para que quede muy espeso.

Se añaden dos cucharadas de aceite en una sartén, añadiendo cuando esté caliente el picadillo, revolviendo hasta que esté suelto. Continuar revolviendo mientras se añaden el puré de tomates, las aceitunas, las pasas, el vino seco y la cebolla y el ajo machacados y pasados por un pasapurés muy fino.
Se prepara el puré en una masa de un centímetro de altura. Se corta un trozo, se coloca en la mano y se ahueca, colocando abundante picadillo en el centro y cubriéndola con puré de papas para formar una bola.
Se bate el huevo, colocándolo en un plato y el pan rallado en otro. Cada una de las papas rellenas se pasa primero por el pan rallado, a continuación por el huevo batido y una última vez por el pan rallado, friéndolas en aceite caliente hasta que estén doradas.

Se sirven como plato único acompañado de una ensalada, añadiéndole salsa de tomate preparada o como plato acompañante.

Cerdo asado de Nochebuena

Ingredientes

Un cerdo lechal de 1 kilo por persona
Aceite de Oliva Español
Cebolla y Ajo
Vino blanco seco
Zumo de limón verde
Zumo de naranja agria
Sal

Preparación

Si se tiene un buen patio se abre un hoyo de dos metros por uno de ancho el día 23 y se le añade carbón vegetal y madera de guayabo, manteniéndolo encendido hasta la mañana del día 24.

Se prepara el cerdo la tarde del 23 y se envuelve en hojas de plátano, añadiendo por ambas partes una salsa preparada con abundante naranja agria, sal, limón verde, vino blanco seco, aceite de Oliva Español y la cebolla y el ajo machacados y pasados por el pasapurés fino, dejándolo así durante toda la noche.

Antes de las doce de la mañana del día 24 se aviva el fuego del hoyo, colocando el cerdo sobre una reja de acero fino y cubriéndolo con hojas de plátano, manteniendo el fuego muy suave. Cada media hora se le debe añadir salsa por ambas partes, hasta que el cerdo esté suave pero tierno. Antes de servirlo se le debe añadir un mojo preparado con la salsa utilizada para asar el cerdo.

Buñuelos de Viento

Ingredientes

3 Tazas de harina de trigo
½ Cucharadita de sal
1½ Cucharadita de polvo de hornear
Canela, Nuez moscada, anís y ralladura de limón
1 Yema de huevo, dos claras y una cucharada de leche
2 Cucharadas de mantequilla
5 Cucharadas de melado de caña
Azúcar con vainilla
Aceite de maíz

Preparación

Mezclar los ingredientes secos y añadir sin dejar de mezclar suavemente la mezcla batida previamente de leche y huevos con la mantequilla derretida. Amasar suavemente durante diez minutos y dejar reposar treinta minutos, tapando la masa con un paño humedecido ligeramente.

Poner el aceite en la sartén y calentar. Hacer pequeñas bolas del tamaño de una cuchara y freírlas hasta que estén doradas. Se colocan sobre un papel absorbente para eliminar el aceite sobrante y se introducen en una bolsa de papel con azúcar glasee, moviendo la bolsa suavemente hasta que queden impregnadas.

Se sirven con el melado de caña reducido con una cucharada de agua y unas gotas de zumo de limón verde.


Bebidas Típicas Cubanas

Cuba Libre

En un vaso largo añadir hielo, ron blanco y refresco de cola al gusto.

Añadir unas gotas de limón verde y revuelva


“Highball”

En un vaso largo añadir hielo, ron dorado o brandy Español y soda.

Añadir unas gotas de limón verde y revuelva

Daiquiri

La más famosa de las bebidas Cubanas, creada en 1896 en Santiago de Cuba alcanzó fama mundial debido a varios escritores como Ernest Hemingway que alabaron su sabor y ritmo acorde al clima caribeño.

En una licuadora añadir hielo frapé, el zumo de un limón verde, una cucharada de azúcar, una onza de ron blanco y unas gotas de angostura. Batir hasta que el contenido tenga un aspecto suave de granizado. Servir en copa ancha con absorbentes cortos.

Al tomarlo es importante mantener la bebida unos segundos en la boca antes de digerirlo para que alcance una temperatura más cercana a la del cuerpo y evitar un dolor agudo en la frente.

Bebidas Típicas Cubanas

Daiquiri con frutas

Se prepara igual que el daiquiri frapé, añadiendo su fruta preferida antes de batirlo.

Se sirve igual que el daiquiri frapé.

Mojito

Mezclar el zumo de un limón verde con una cantidad igual de azúcar. Añadir en un vaso largo dos cubitos de hielo, machacar cuatro hojitas de hierbabuena y añádalas al vaso con dos gotas de angostura, ron añejo y soda.

Agitar con un revolvedor antes de beberla.

Piña Colada

Combinar una medida de crema de coco, dos de zumo de piña y dos de ron blanco. Mezclarlo en la licuadora con hielo frapé y servirlo en una copa ancha con un absorbente corto.

Guardar la misma precaución al tomar está bebida que con el daiquiri frapé.